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El rol del comercio exterior en la recuperación económica

mayo 4, 2021

¿Por qué es importante el comercio exterior para la competitividad?

La inserción de una economía en el mercado internacional es una condición necesaria para su transformación productiva, el acceso a nuevas tecnologías, una mayor eficiencia en el uso de los recursos y, en general, alcanzar un mayor nivel de bienestar para consumidores y empresas (Krugman et al., 2012). En la actualidad el intercambio de bienes y servicios representa cerca del 60 % del PIB global, actividad que se ha visto beneficiada por la caída en los costos de transporte y las comunicaciones, y la eliminación gradual de barreras al comercio.

En los últimos años los flujos comerciales han experimentado una fuerte disrupción asociada al rol cada vez más activo de las tecnologías de la información y las comunicaciones y al mayor peso relativo del comercio de servicios (OMC, 2019). No obstante, las dinámicas de integración a nivel mundial evidencian una alta vulnerabilidad ante cambios en los ciclos político y económico de los países.

Para el caso de Colombia, una de las condiciones para que el país sea una de las tres economías más competitivas de América Latina para el año 2030 es contar con una economía exportadora de bienes y servicios de alto valor agregado. Esta meta reconoce que el comercio exterior es uno de los factores determinantes de la competitividad, y en el contexto de la crisis por el COVID-19 será uno de los sectores clave en la reactivación económica a través de la generación de ingresos vía exportaciones, el acceso a factores de producción a precios competitivos y una mayor inserción en las cadenas globales de valor.

El país ha adelantado acciones importantes en materia de comercio exterior. De hecho, en los últimos treinta años, a partir del proceso de apertura económica, se negociaron, firmaron y entraron en vigor 17 acuerdos comerciales. Además, en 2011 se realizó una reforma arancelaria, la cual disminuyó el arancel nominal promedio, y en 2017 se eliminaron de forma permanente los aranceles de ciertos bienes de capital y materias primas no producidos en Colombia. Por otra parte, en 2016 se expidió la Política Nacional de Desarrollo Productivo (PDP), que busca aumentar la productividad y la diversificación del aparato productivo colombiano.

A pesar de estos avances, Colombia todavía debe superar grandes desafíos en materia de internacionalización. La integración de la economía colombiana en el mercado externo es baja y el país está muy lejos de tener una participación más activa en las cadenas globales de valor. Además, la alta dispersión arancelaria y la prevalencia de barreras al comercio limitan la sofisticación de las exportaciones e incentiva el contrabando. A ello se suma que los costos y tiempos de realizar trámites aduaneros en el país superan, por mucho, las buenas prácticas internacionales.

Inserción de la economía colombiana en el mercado internacional

A partir del proceso de apertura económica iniciado en la década de los noventa, Colombia avanzó en la eliminación gradual de diversas restricciones al comercio exterior y en una reducción generalizada en las tarifas arancelarias a la importación. Acompañado a esta estrategia, en los últimos 30 años el país negoció y suscribió 17 acuerdos comerciales que le han permitido tener acceso a economías que representan cerca del 19 % de la población mundial y el 54 % del PIB global.

A pesar de los avances, la inserción de la economía colombiana en el mercado internacional no ha experimentado un cambio estructural en los últimos años, y sigue siendo una tarea pendiente en la agenda económica. Muestra de ello es que la participación del comercio exterior de bienes y servicios representó en 2019 el 38,1 % del PIB, un nivel bastante similar al observado en 1990, cuando fue de 34,8 %. Al comparar con algunos países de referencia, Colombia solo supera a Brasil y a Argentina y se encuentra por debajo del promedio de América Latina y cerca de 20 pp rezagado frente a la OCDE (Gráfica 1).

Esta dinámica ha contribuido a la baja participación del país en las cadenas globales de valor. De hecho, la participación del valor agregado externo en las exportaciones colombianas es inferior al 10 % (OCDE, 2019), lo que ha limitado el incremento de la productividad. En general, diversos estudios sugieren una relación positiva entre estas dos variables. Por ejemplo, la OCDE (2020a) estima que un incremento del 10 % en las importaciones de bienes intermedios podría contribuir en cerca de 2 pp al crecimiento de la PTF en economías en vías de desarrollo.

Al analizar la apertura comercial a nivel regional se evidencian los enormes retos en materia de internacionalización para los departamentos de Colombia. En efecto, mientras departamentos como La Guajira y Putumayo presentaron una tasa de apertura superior al 79 % en 2019, de otro lado, siete departamentos registraron valores inferiores al 1 % en este indicador (Gráfica 2). Vale la pena mencionar que, con excepción de La Guajira y Putumayo, las regiones más rezagadas en materia de apertura económica también son aquellas que presentan desempeños más bajos en cuanto a competitividad y desarrollo económico (CPC y Universidad del Rosario, 2019).

La composición de la canasta exportable de los departamentos evidencia también una alta heterogeneidad en el desarrollo productivo del país. Bogotá, Valle del Cauca y Atlántico concentran el 81,6 % de las exportaciones nacionales de bienes de alto contenido tecnológico. De hecho, entre los productos exportados por estos departamentos se encuentran productos complejos como los farmacéuticos, equipo eléctrico e instrumentos ópticos. De otro lado, las exportaciones de Arauca, Casanare, La Guajira, Meta y Putumayo corresponden en su mayoría a productos minero-energéticos.

En cuanto a las empresas, su inserción en el mercado internacional es mínima: menos del 1 % de las empresas activas en Colombia realizó actividades de exportación entre 2013 y 2019 (Gráfica 3a). Esta dinámica varía sustancialmente si se analiza a partir del tamaño de las empresas. En general, se observa que más del 20 % de las grandes empresas que operan en Colombia exportaron durante este periodo, mientras que para el caso de las mipymes esta proporción fue del 0,5 % (DANE, 2020; Confecámaras, 2020).

Adicional a los retos que son evidentes en materia de internacionalización para las empresas, se observa también una baja tasa de supervivencia de sus ventas en el mercado externo. Muestra de ello es que, de las 33.039 empresas que exportaron entre 2013 y 2019, el 60 % lo hizo una única vez durante este periodo, y tan solo el 9 % exportó de manera continua a lo largo de estos siete años (Gráfica 3b).

Nuevamente a nivel del tamaño de las empresas se observan diferencias considerables. En términos generales, se encuentra que el 81 % de las empresas que exportaron una única vez entre 2013 y 2019 eran microempresas o empresas no clasificadas , mientras que, para el caso de las exportadoras recurrentes, el 63 % fueron identificadas como grandes y medianas empresas

Adicional a los desafíos en apertura comercial, uno de los mayores retos para Colombia se encuentra en la sofisticación de sus exportaciones. De acuerdo con cifras recopiladas por World Integrated Trade Solution (WITS) del Banco Mundial y la UNCTAD, el 48 % de la canasta exportable de bienes y servicios del país se concentra en productos primarios, y solo el 2 % de las ventas externas corresponden a bienes con alto contenido tecnológico. En cuanto al comercio de servicios estos representaron el 20 % de las exportaciones en 2019 (Gráfica 4).

Este desempeño es inferior al promedio de América Latina, en el que los bienes primarios representaron el 25 % de las exportaciones de la región, y los bienes con alto contenido tecnológico, el 9 %. De otro lado, el comercio de servicios participó con el 14 % del total. Adicionalmente, Colombia se encuentra rezagado frente a la OCDE, que, en promedio, concentra un 13 % de sus exportaciones en bienes de alta intensidad tecnológica y los servicios representaron el 29 % de su comercio con el resto del mundo (Gráfica 4).

La diversificación de la producción hacia bienes más sofisticados redunda en una mayor productividad que se ve reflejada en mayores ingresos. De acuerdo con Bagci (2010) la diversificación en etapas tempranas del desarrollo conduce a un incremento de la productividad, pues las firmas descubren su potencial de éxito gracias a procesos incipientes de diversificación, y posteriormente se especializan en las actividades en que son más productivas. En cuanto a la sofisticación, las actividades con mayores niveles de complejidad utilizan y desarrollan tecnologías más avanzadas, las cuales pueden ser empleadas por otras empresas, generando economías de escala con otros sectores de la economía (Crespi, Fernández y Stein, 2014).

Comercio exterior en la crisis por COVID-19

Una de las actividades más afectadas por la crisis generada por el COVID-19 ha sido el comercio exterior, por cuenta de choques de oferta y demanda que han afectado su operación. Por un lado, las medidas de aislamiento han impactado negativamente la actividad productiva, restringiendo las cadenas globales de valor y, por otro, los menores ingresos de la población han incidido en una menor demanda de bienes importados (OMC, 2020).

De acuerdo con cifras de la OMC (2021) el comercio mundial de bienes se redujo en 7,4 % en 2020. Para el caso de Colombia, las exportaciones de bienes se redujeron en 21,4 % frente a 2019, y las importaciones decrecieron en 17,5 %.

En respuesta a la crisis, el Gobierno Nacional estableció la desgravación temporal de tres grupos de productos para garantizar su abastecimiento durante la emergencia:

• Insumos y dispositivos médicos, y reactivos químicos para aumentar la capacidad de testeo del país (Decreto 410 de 2020).
• Artículos de aseo e higiene, e insumos químicos para el saneamiento y la potabilización del agua (Decreto 463 de 2020).
• Insumos para la industria alimentaria: maíz amarillo, sorgo, soya, entre otros (Decreto 523 de 2020).

En relación con las medidas de facilitación de comercio dirigidas a garantizar la continuidad en las operaciones de comercio exterior, se destaca la iniciativa liderada por el ICA, que a través de acciones de diplomacia sanitaria en otros países logró la expedición y aceptación de certificados sanitarios con firma electrónica, lo que ha reducido costos y tiempos para las exportaciones del sector agropecuario.

Por otra parte, en cuanto a la gestión realizada por el Comité de Facilitación de Comercio Exterior en cabeza del MinCIT, se logró la identificación de 378 acciones de mejora, con un avance en el cumplimiento del 89 % . Buena parte de las acciones intervenidas estuvieron relacionadas con la operación en los puertos.

Adicional a las medidas implementadas en materia de comercio exterior, es primordial enfatizar el rol que ocupará esta actividad en la reactivación económica durante y después de la crisis. A pesar de que las apuestas de algunas economías parecen inclinarse hacia el proteccionismo, esta estrategia es contraproducente al restringir la operación del tejido empresarial, aislar la economía de las dinámicas globales de integración y reducir el bienestar de los consumidores (OMC, 2020).

De acuerdo con lo señalado por la OCDE (2020b) y el BID (2020), una estrategia efectiva para proteger los flujos comerciales entre los países debe estar enfocada en dos frentes de acción. El primero comprende la identificación de nuevas oportunidades comerciales en medio de la pandemia. Entre estos, el comercio de servicios resulta ser un sector estratégico que podría continuar operando al estar exento de las barreras físicas que enfrenta el comercio de bienes. Por otra parte, el comercio electrónico se configura como una plataforma que facilita el acceso de las empresas a los mercados internacionales y la promoción de sus productos de manera ágil, así como la reducción de costos de operación y acceso a sistemas de pago electrónico.

El segundo frente trata sobre la facilitación del comercio. Para esto es fundamental aumentar el número de trámites aduaneros que puedan realizarse a través de medios digitales, así como reducir el porcentaje de inspección física de las mercancías y realizar seguimiento periódico al funcionamiento de las cadenas logísticas y de transporte.

El contexto de la crisis ofrece una oportunidad para preservar aquellas medidas que han resultado exitosas y adelantar las reformas estructurales que eliminen las barreras en el acceso de la economía colombiana en el mercado externo. Con ello, no solo se avanzará en materia de reactivación económica, sino que también se facilitará una mayor integración de la economía en las cadenas globales de valor y se aumentará el bienestar de los consumidores a través de un mayor acceso a bienes provenientes del resto del mundo.

Si está interesado en leer más sobre este tema y conocer en detalle las recomendaciones del Consejo Privado de Competitividad, lo invitamos a consultar nuestro Informe Nacional de Competitividad y, en particular, el capítulo sobre Comercio Exterior.

Elaborado por Fabián Bernal, investigador asociado del Consejo Privado de Competitividad, con base en el capítulo de Comercio Exterior del Informe Nacional de Competitividad 2020-2021.

Referencias

  1. Bagci (2010). Export diversification and Productivity growth. The European Trade Study Group.
  2. Banco Mundial. (2020). World Bank Open Data. Obtenido de: https://datos.bancomundial.org/indicador/TM.TAX.TCOM.WM.AR.ZS
  3.  BID. (2020). Impacto del COVID-19 en el comercio exterior, las inversiones y la integración en América Latina y el Caribe. Obtenido de: http://conexionintal.iadb.org/descargas/index.php?file=Newsletter%20INTAL%20Comercio%20y%20COVID-19%20Num4&origen=conexion_INTAL
  4. CPC y Universidad del Rosario. (2019). Índice Departamental de Competitividad. Bogotá D.C.
  5. Confecámaras. (2020). Registro Único Empresarial – RUES. Bogotá D.C.: Confecámaras.
  6. Crespi, G., Fernández, E. y Stein, E. (2014). ¿Cómo repensar el desarrollo productivo?: Políticas e instituciones sólidas para la transformación económica. Washington D.C.: Banco Interamericano de Desarrollo.
  7. DANE. (2020). Estadísticas de comercio exterior. Obtenido de: https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/comercio-internacional
  8. DNP. (2016). CONPES 3866. Política Nacional de Desarrollo Productivo. Bogotá D.C.: DNP
  9. Krugman, P., Obstfeld, M. y Melitz, M. (2012). Economía internacional: teoría y política. 9.ª edición. Madrid: Pearson Educación S.A.
  10. OCDE. (2019). Economic Surveys: Colombia 2019. París: OCDE Publishing.
  11. CDE. (2020a). Economic Outlook 2020. París: OCDE Publishing.
  12. OCDE. (2020b). COVID-19 and international trade: issues and actions. Obtenido de: http://www.oecd.org/coronavirus/policy-responses/covid-19-and-international-trade-issues-and-actions-494da2fa/
  13. OMC. (2021). Desplome del comercio ante la pandemia de COVID-19, que está perturbando la economía mundial. Obtenido de: https://www.wto.org/spanish/news_s/pres20_s/pr855_s.htm
  14. NCTAD. (2020). UNCTAD Stat. Obtenido de: https://unctadstat.unctad.org/wds/ReportFolders/reportFolders.aspx
  15. WITS. (2020). World integrated trade solutions stat. Obtenido de: https://wits.worldbank.org/