Energía

Informe Nacional de Competitividad 2010-2011

Energía

La energía es, junto con el capital y el trabajo, uno de los tres principales insumos de la actividad productiva, especialmente para empresas de sectores como el siderúrgico, el cementero, el de vidrio y el de cerámica, en los cuales el costo de este insumo representa hasta el 70% del costo total de producción. Esto para no mencionar la importancia que significa la energía para los hogares, en términos de bienestar y calidad de vida, para la competitividad de los demás sectores industriales, o la de otros sectores como el de servicios, el comercio o la agricultura.

En general, los países más competitivos son los mayores demandantes de energía por su mayor dinamismo empresarial. A medida que la producción aumenta, el consumo de energía también lo hace. Por tanto, el reto de establecer un sistema que asegure un suministro de energía confiable, sostenible, bien regulado y a precios competitivos, crece a medida que un país se va desarrollando. En el Gráfico 1, que compara el crecimiento anual de la demanda de energía y del producto interno bruto para Colombia, se observa una clara relación entre crecimiento económico y consumo de energía.

 

 

Lo anterior implica que si Colombia, como se espera, ingresa en una senda de crecimiento económico elevada y sostenible, deberá enfrentar los grandes retos que se derivan de la mayor demanda de energía generada por este mayor crecimiento económico. McKinsey estima que el consumo interno de energía eléctrica en Colombia se incrementará en 1,9 veces en los próximos 25 años, pasando de 43 TWh a 81 TWh. Enfrentar esta mayor demanda de energía implica, entre otros, invertir en infraestructura para asegurar la sostenibilidad del suministro de energía, mejorar la regulación en términos de precios y gestión ambiental, y asegurar la confiabilidad del sistema, en particular para el sector industrial.

En estos tres frentes el país ha avanzado de forma sustancial en las últimas dos décadas. Por un lado, a través de las reformas al sistema en los años 90, se dieron pasos muy importantes en materia de regulación, sostenibilidad y confiabilidad. Sumado a lo anterior, recientemente a través de las subastas de energía se programó la construcción de grandes obras de infraestructura de energía, las cuales le darán mayor confiabilidad al sistema, especialmente en épocas de sequía. En materia de sostenibilidad, también se han dado avances en los últimos años a través de la estrategia de uso racional de energía (URE) que aún se encuentra en una etapa inicial de implementación.

Ahora bien, al analizar la competitividad del sector energético, no basta con estudiar el papel crítico del Gobierno. Es necesario también promover la competitividad de las empresas energéticas del país. En la medida en que tengamos unas empresas de energía más productivas, tendremos unos precios de energía más competitivos. En este sentido, para el caso de la energía eléctrica, resulta muy positivo que este sector forme parte del Programa de Transformación Productiva que lidera el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.

Con base en lo anterior, este capítulo presentará un análisis de la energía eléctrica como insumo trasversal crítico del sector productivo desde cuatro
ópticas: la confiabilidad del servicio, el costo del insumo para el sector productivo, la sostenibilidad del sistema y su armonía con el medio ambiente, y la competitividad de las empresas del sector. Adicional al diagnóstico, se señalarán algunos avances de política destacables y se presentarán algunas
propuestas para fortalecer el sistema energético del país en los cuatro puntos ya identificados.

Cabe señalar que el capítulo se basará fundamentalmente en el análisis de la energía eléctrica, por ser éste el principal insumo energético de la
industria en Colombia. Según datos de la encuesta anual manufacturera de 2007, cerca del 60% del consumo de energía de la industria corresponde a energía eléctrica, y para casi la totalidad de los sectores económicos, las demás fuentes energéticas contribuyen con menos de la mitad del gasto total
de energía (ver Gráfico 2).

 

 

Ahora bien, amerita resaltar la importancia de otros energéticos como el gas natural para sectores como refinación de petróleo, minerales no metálicos, sustancias y productos químicos, alimentos y bebidas, papel y cartón, y metales comunes. En esta línea, debido a que existe una creciente participación del gas natural como insumo de energía clave para la industria y al ser éste, junto con el carbón, la base de operación de las termoeléctricas, también se presentará en el capítulo un análisis especial sobre el sector de gas natural en Colombia.