Sistema financiero

Informe Nacional de Competitividad 2011-2012

Sistema financiero

El buen funcionamiento del sistema financiero y el acceso que tenga la población a él, son determinantes para la competitividad de un país. En particular, en el marco de una política de transformación productiva, la capacidad que tengan los agentes económicos de financiar sus emprendimientos y de transferir sus riesgos será crucial si se quiere realmente tener un empresariado de talla mundial. Hay muchos canales a través de los cuales el sistema financiero se relaciona directamente con el nivel de competitividad de un país.

Para efectos de este capítulo, se consideran tres canales. En primer lugar, a través de la relación entre acceso de la población general a servicios financieros y el nivel de productividad de la economía. La evidencia empírica señala que aquellos países en los que una mayor proporción de la población tiene acceso a este tipo de servicios muestran mayores niveles de productividad.

En segundo lugar, a través de la capacidad que tengan sus agentes económicos de financiarse a lo largo de todas las etapas del emprendimiento. Existen enormes ganancias en productividad si un país logra asignar de forma eficiente sus recursos de capital a aquellos proyectos con la capacidad de generar los mayores retornos.

En tercer lugar, a través de la capacidad que tengan sus agentes económicos de transferir los riesgos que son inherentes a su negocio pero que nada tienen que ver con su nivel de productividad y eficiencia y que, por el contrario, pueden limitar su competitividad. Por ejemplo, la evidencia
empírica encuentra que la existencia de un sector asegurador desarrollado es un prerrequisito para estimular el crecimiento económico de los países.

Ahora bien, para que estos canales efectivamente tengan un impacto sobre la productividad de un país, la población debe tener unos mínimos niveles de conocimiento sobre su existencia, las condiciones para su uso y las posibles ventajas y desventajas que estos acarrean. En este sentido, el nivel de educación financiera termina siendo determinante para la efectividad del sistema financiero sobre la productividad de un país.

Colombia presenta avances importantes en cuanto al acceso de su población a servicios financieros. El indicador de bancarización en los últimos cinco años ha presentado incrementos sostenidos (Gráfico 1). Para el primer trimestre de 2011, 62,4% de la población colombiana ya contaba con al menos un producto o servicio financiero, 4 puntos más con respecto al mismo periodo del año anterior.

 

 

La expansión de la bancarización colombiana tiene como principal motor el avance vertiginoso de la tecnología y el compromiso de la banca. Prueba de ello es la creciente presencia de canales financieros no tradicionales (i.e corresponsales no bancarios, banca electrónica vía internet y dispositivos móviles), que han permitido una mayor cobertura de la infraestructura financiera. Desde 2007 hasta 2010, el número de corresponsales no bancarios presentó un crecimiento de 172,8%. Adicionalmente, cada vez son más las entidades bancarias que prestan servicios vía canales electrónicos, que le han ganado terreno a los canales tradicionales, en la medida en que los primeros son menos costosos y permiten una mayor cobertura (Gráfico 2).

 

 

Pese a estas mejoras en materia de acceso, desde una perspectiva internacional, Colombia continúa manteniéndose rezagada. Según el indicador del Foro Económico Mundial (FEM) sobre acceso de personas y empresas a formas de capital y servicios financieros,6 Colombia ocupa el puesto 47 de una muestra de 57 países y el último lugar entre países de referencia (Gráfico 3).