Sistema financiero

Informe Nacional de Competitividad 2013-2014

Sistema financiero

El adecuado funcionamiento del mercado financiero es un elemento fundamental en la competitividad de los países. En efecto, el Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial (WEF) incluye el desarrollo del mercado financiero como uno de los 12 pilares para medir la competitividad de las 148 economías evaluadas.

En 2013, Colombia ocupó el puesto 63 entre 148 países en el pilar de desarrollo del mercado financiero, y los empresarios identificaron el acceso a la financiación como el cuarto factor que más dificulta la implementación de iniciativas empresariales, después de la corrupción, la inadecuada infraestructura y la ineficiencia del Gobierno. Estos resultados ratifican la importancia que tiene el sector financiero para promover una mayor competitividad de la economía colombiana.

A juicio del Consejo Privado de Competitividad (CPC), un sistema financiero que esté alineado con una mayor competitividad del país debe tener tres características: primero, debe ser sólido y estable. Segundo, debe fomentar el acceso y el uso adecuado de productos financieros con el fin de apalancar el crecimiento de la actividad empresarial. Tercero, los costos de los productos financieros deben responder a estructuras de costo y a regulaciones eficientes. En este contexto, el capítulo analiza estas tres características del sistema financiero colombiano y presenta sus avances más importantes del último año.

Colombia ha avanzado significativamente en el aumento del acceso a productos financieros, pues la cobertura de los puntos de contacto disponibles entre entidades y consumidores se ha incrementado significativamente. En 2012 el número total de puntos de contacto creció 33% con relación al año inmediatamente anterior, al pasar de 200.857 a 267.712. Este incremento se explica, principalmente, por el dinamismo de los corresponsales bancarios, los cuales crecieron 68,8% en 2012 y representaron 11% del total de puntos de contacto del país. El gráfico 1 ilustra la tendencia de las oficinas, corresponsales bancarios y cajeros automáticos para el período 2008-20126.

 

 

El crecimiento promedio anual de 25% de este tipo de puntos de contacto en los últimos cinco años se ha traducido en un incremento significativo de la cobertura geográfica de los servicios financieros formales. Mientras en el año 2006, 28,1%7 de los municipios (309) no contaban con presencia bancaria a través de oficinas o corresponsales bancarios, en 2012 esta cifra se redujo a 1,3% (14 municipios)8. De la misma manera, la cobertura de los puntos de contacto medida por área (1.000 kilómetros cuadrados) y por población (10.000 adultos) ha tenido una clara tendencia creciente en los últimos años, de acuerdo con Banca de las Oportunidades y Superintendencia Financiera de Colombia (2013). Si bien existen diferencias importantes en la cobertura a nivel departamental, estos resultados evidencian la relevancia que ha tenido la alianza público-privada entre Banca de las Oportunidades y la industria financiera para promover la oferta de servicios financieros en el país.

En cuanto a la tenencia de productos financieros, el índice de bancarización para personas naturales –el cual mide el porcentaje de la población adulta que tiene al menos un producto financiero– ha presentado una tendencia positiva en los últimos años. Efectivamente, este índice se ubicó en 67% en 2012 y creció a una tasa promedio anual de 2,8 puntos porcentuales (gráfico 2). De acuerdo con información de Asobancaria (2013), los productos que presentaron un crecimiento anual promedio más alto para el período 2008-2012 son microcrédito (25,8%), tarjeta de crédito (11,5%), crédito de vivienda (6,7%) y cuentas de ahorro (6,3%).

Por su parte, el número de empresas con al menos un producto financiero ha presentado una tasa de crecimiento anual promedio de 1,9% en el período 2008-2012. De acuerdo con Asobancaria (2013), los productos que presentaron un crecimiento anual promedio más alto para el período 2008-2012 son crédito de consumo (35,3%), microcrédito (19,8%) y comercial (10,0%).