En la aceleración de la transformación tecnológica, las mujeres tienen más probabilidad de ser excluidas de los “trabajos del futuro”.
En medio de tantas noticias –reforma tributaria, tercer pico de Covid-19, precandidatos presidenciales, atracos, etc. – los resultados del índice global de brechas de género que publicó recientemente el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) pasaron prácticamente desapercibidos, lo cual es muy desafortunado. Y, lo es, porque el país no puede bajar la guardia respecto a la situación de las mujeres.
El WEF elabora este índice cada año, utilizando la misma metodología de estimación desde 2006, lo que permite no solo hacer comparaciones entre países, sino también seguimiento a la evolución de las brechas en cuatro dimensiones: oportunidades económicas, salud, logro educativo y empoderamiento político.
Los resultados de este año confirman el impacto tan negativo de la crisis por el Covid-19 sobre las mujeres, poniendo en riesgo los avances que en equidad se habían conseguido en los últimos años.
Así, la distancia promedio de los indicadores de las mujeres respecto a los hombres en los 156 países considerados se ubicó en 68 % (siendo 100 % perfecta paridad), y se proyecta que cuando sea posible capturar más detalladamente los efectos de la pandemia, esta sea hasta 4 % más amplia.
Ello implica que, si esta trayectoria se mantuviera constante, tomaría cerca de 135,6 años cerrar la brecha de género promedio en el mundo de los cuatro pilares, 145,5 en años cerrar la brecha de empoderamiento político y hasta 267,6 años la brecha de oportunidades económicas.
Colombia pasó de ocupar la posición 22 entre 153 economías en 2020 a la 59 entre 156 en 2021.
Esta impresionante caída se debe, principalmente, al comportamiento de los indicadores de los pilares de oportunidad económica (en el que el país pasó de ocupar la posición 42 entre 153 países a la 60 entre 156) y empoderamiento político (pasando de la posición 33 de 153 a la 67 entre 156).
Adicionalmente, este año el WEF incluyó un análisis con fuentes de datos alternativos con el fin de recoger evidencia respecto al efecto disruptivo del Covid-19. Por ejemplo, datos de LinkedIn muestran una marcada tendencia decreciente en la contratación de mujeres en cargos de liderazgo en casi todas las industrias.
Así mismo, dada la aceleración de los procesos de transformación tecnológica por la pandemia, los datos muestran que las mujeres tienen una mayor probabilidad de ser excluidas de los denominados “trabajos del futuro”, en tanto solo representan el 32 % en aquellos relacionados con datos e inteligencia artificial.
La igualdad de género es clave para alcanzar un crecimiento económico rápido y sostenido. Colombia no puede esperar 267 años para lograrlo.
Rosario Córdoba Garcés
Presidenta del Consejo Privado de Competitividad