El tema está sobre la mesa en el Gobierno. Expertos aconsejan uso de protocolos específicos y facilidad en procesos de formalización.
En el especial televisivo ‘Prevención y Acción’ del pasado miércoles 6 de mayo, la vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez, se refirió a un tema del que venía hablando desde días atrás, la reactivación de los informales. Para ser más precisos, indicó que están trabajando junto al Ministerio de Comercio para ver qué medidas se pueden adoptar con base en dicho fin.
Debido a que al cierre de esta edición no se habían entregado mayores detalles, Portafolio contactó a expertos para saber de qué manera se podría llevar a cabo esto y qué se podría tener en cuenta.
Desde el punto de vista sanitario, Leonardo Briceño, director del departamento de Salud Pública de la Universidad del Rosario, recomienda que junto con la reactivación, que debe ser gradual, se deben plantear de forma previa las medidas de protección de este segmento de la población.
Briceño agregó que “muchas de las personas del sector informal son susceptibles porque tienen condiciones de salud que los pueden afectar (…) Además muchos de ellos son de tercera edad. También se requieren fuertes medidas de vigilancia en salud pública”, y pedagogía en estos sectores para que entiendan la importancia de cumplir los protocolos de bioseguridad para su sector.
Por el lado económico, Oscar Becerra, docente de la facultad de Economía de Los Andes, explicó que “buena parte del renglón informal se encuentra en las actividades de comercio y servicios. Por esa razón, a menos que se autorice una mayor activación en estos sectores, el impacto sobre el empleo informal va a ser limitado”.
Para Iván Jaramillo, director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, se “debe incluir el tránsito a la formalidad laboral que corrija las disfuncionalidades del sistema para estimular la inclusión de los informales en el mecanismo de protección laboral y social como vía transitable de la reactivación económica”.
Respecto a las medidas que se podrían tener en cuenta desde la parte legal, Camilo Cuervo, abogado especialista en derecho laboral, aseguró que “la gente va a tener que reinventarse para ofrecer servicios y en eso sería bueno tener claro normativas más simples para los independientes, que no les implique tener tanta carga burocrática”.
En línea con lo anterior, Cuervo agregó que hay que “ahondar en un tema que se tiene medio olvidado que es la economía naranja. Se podría pensar en un estatuto especial para los independientes que recojan a todas esas personas. Hoy no existe y el mismo código, que está pensado en trabajadores directos y escrito en el siglo XX, es el que pretendemos aplicarle a realidades del siglo XXI, como a las plataformas de economía colaborativa, que hasta hace unos meses eran ‘auge’ y ahora son simplemente necesarias”.
MEDIDAS PARA REDUCIR LA INFORMALIDAD
Según relató Cristina Fernández, investigadora de Fedesarrollo, en una etapa de corto plazo no habría mucho que hacer, pero más en el largo plazo, “nos estamos dando cuenta que empresas como las plataformas digitales que tienen bajos costos de contratación y despido, pudieron contratar tres veces el número de empleados que tenían de un momento a otro, eso porque no tienen costos de despidos. Considero que es importante avanzar hacia la flexibilización laboral en ese sentido”.
Además, dijo que lo anterior tiene que ir acompañado de seguro de desempleo, como sucede en otros países. “Hay otro tipo de flexibilidad que se ha hecho evidente que es la de horarios, lo que pasa es que hay mucha gente que está en trabajos independientes porque necesita esa flexibilidad de horarios y no hay trabajos formales que le ofrezcan esas ventajas. Para la sociedad es costoso que queden desprotegidos”, resaltó la experta.
Por su parte, Mauricio Santamaría, presidente de Anif, aseguró que para genera más empleo formal se deben “reducir los inmensos costos de la formalidad que existen en Colombia, que están entre los más altos del mundo y hacer más fácil la creación de empresa y promover su supervivencia”.
Vale decir que de acuerdo con datos del Dane, en el país hay al menos 11 millones de informales, de un total de 22,3 millones de ocupados.