Preservar la salud de las Mipyme es clave. Sin embargo, no son solo estas empresas las que están viendo su caja comprometida.
Imposible no reconocer y destacar el compromiso, dedicación y diligencia del presidente Duque y su equipo, para hacer frente a la crisis ocasionada por el Covid-19.
Primero, con gran énfasis en el fortalecimiento de la infraestructura del sistema de salud, el aplanamiento de la curva de contagios y la atención oportuna a la población vulnerable, y más recientemente en evitar el mayor daño posible a la economía y por ende al bienestar social. Esto último, necesario para garantizar la sostenibilidad del aparato productivo –buena parte del cual está fuera de operación por cuenta de la cuarentena– y evitar la destrucción masiva de empleo.
Desde el inicio de la crisis, las empresas han venido esforzándose para sobrevivir, bajando costos de operación y aplazando inversiones no necesarias.
No obstante, ante la imposibilidad de generar ingresos se están quedando sin caja para atender sus obligaciones corrientes, entre las cuales está la nómina. De acuerdo con una encuesta reciente de la Andi, a la fecha de su realización las empresas tenían caja, en promedio, para pagar 40 días de nómina, y 28% de las encuestadas para 15 días o menos.
El Gobierno, para enfrentar esta situación, ha venido tomando decisiones tendientes a irrigar liquidez a las empresas y salvaguardar el empleo. En una primera instancia capitalizó el Fondo Nacional de Garantías (FNG) y, ante la aversión al riesgo que se ha generado por la crisis, ofreció una garantía hasta del 60% para los créditos otorgados a través del sector financiero. El jueves pasado anunció nuevas medidas, en esta oportunidad enfocadas en la protección del empleo y apoyo a las Mipyme. En esencia, la posibilidad de que emitan títulos de deuda con garantía de la Nación para financiar el pago de la nómina hasta 5 SMMLV, y el aumentó de 60% a 80% de la garantía del FNG. Por supuesto, toda medida para preservar la salud de las Mipyme es más que bienvenida. Sin embargo, no son solo estas empresas las que están viendo su caja comprometida y, por tanto, las medidas deben extenderse a todas las empresas, sin importar su tamaño.
El empleo hay que preservarlo, especialmente el formal, que está mejor capacitado, además de bien remunerado y es la base para la reactivación de la economía. El país no puede perder esta fuerza laboral. Reconstruirla tomaría años.
Para que esto sea posible es preciso preservar el tejido empresarial, compuesto por todo tipo de empresas, entre las cuales las empresas grandes desempeñan un papel fundamental. Por ejemplo, aquellas con más de 50 empleados generan el 67% del empleo formal del país, son la columna vertebral del aparato productivo y dan viabilidad al resto de empresas –en su mayoría micro y pequeñas–, a través de múltiples encadenamientos. Son también las que generan la mayor parte de las exportaciones.
Fortalecer el sistema de salud y preservar el aparato productivo así como el empleo, en beneficio de todos los colombianos, tiene un alto costo fiscal y requiere que el país se endeude por encima de lo previsto. Para cubrir este mayor déficit y garantizar la sostenibilidad fiscal hacia delante será necesaria una nueva reforma tributaria que debe ser apoyada por todos los colombianos.