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Innovación con impacto

La digitalización es la principal condición habilitante de la innovación y su aceleración es urgente.

Si bien la innovación y la adopción de tecnología son determinantes para aumentar la productividad de las empresas y, por esta vía, la productividad agregada de la economía, es poco lo que el país ha avanzado en este frente en los últimos años. Son varias las razones.

La primera y quizás la más importante es la falta de incentivos para innovar no solo por la ausencia de un ecosistema que la estimule, sino porque el entorno poco competitivo en el que operan las empresas no premia la innovación.

En otras palabras, el éxito de una empresa no está determinado por su productividad. De otra parte, a la hora de innovar, las empresas enfrentan una serie de barreras, de conocimiento, regulatorias, de mercado y financieras, entre otras, que las llevan en muchos casos a desistir de sus esfuerzos por innovar.

Ahora bien, es preciso hoy más que nunca trabajar en eliminar todas las barreras a la innovación para mejorar la productividad y acelerar, fortalecer y volver sostenible el proceso de reactivación económica.

Adicionalmente, la innovación es necesaria para enfrentar los nuevos retos que deja la pandemia. Retos de todo tipo, asociados a una nueva forma de vivir la cotidianidad, de trabajar, comunicarnos y de generar nuevos productos y servicios que faciliten la adaptación a una nueva realidad.

De hecho, la Ocde es sus informes recientes, hace énfasis en los cambios que se están presentado en el enfoque de la innovación. Señala específicamente el nuevo rol de la política de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI), mucho más direccionado hacia la sociedad, con objetivos sociales claros e indicadores en temas como sostenibilidad ambiental, seguridad energética y salud.

Bajo este nuevo enfoque, el Estado tiene el papel crucial de activar la innovación con impacto, lo que implica realizar inversiones estratégicas, con la participación del sector privado, que faciliten los procesos de digitalización de la sociedad, la industria y el Estado.

La digitalización es la principal condición habilitante de la innovación y su aceleración es urgente, ya que pese a los avances recientes en conectividad, aún existen grandes brechas en la velocidad promedio del ancho de banda fijo, así como grandes disparidades en el acceso a internet entre las regiones. Solo así podrán las empresas existentes y las nuevas potenciales aprovechar las oportunidades que conlleva la revolución industrial 4.0.

Existe la oportunidad, y así se debe concebir desde la política pública de CTI, de utilizar la innovación para impactar a la sociedad y mejorar al mismo tiempo la productividad. Se trata de innovación con impacto para construir un futuro más resiliente, inclusivo y sostenible.

Rosario Córdoba Garcés
Presidenta del Consejo Privado de Competitividad
rcordoba@compite.com.co

Ana Fernanda Maiguashca

Presidente

Ana Fernanda Maiguashca es economista de la Universidad de los Andes, y MBA de la Universidad de Columbia. Fue codirectora del Banco de la República entre 2013 y 2021, y previamente se desempeñó como Viceministra Técnica del Ministerio de Hacienda. Ha recorrido diversos cargos relacionados con el mercado financiero colombiano. Fue Directora de Regulación Financiera, Superintendente Delegado Adjunto de Riesgos de la Superintendencia Financiera y pasó la primera parte de su carrera en el Banco de la República, en varias calidades, relacionadas con el desarrollo del mercado local de capitales y la regulación cambiaria. Es también miembro de varias juntas directivas.