Ante todo, productividad en el transporte

Es preciso seguir trabajado en el mejoramiento del desempeño logístico para aprovechar oportunidades de crecimiento.

El país lleva más de ocho años hablando de la necesidad de contar con un sector de transporte de carga eficiente que permita a las empresas competir y aprovechar el potencial de productividad que se deriva del comercio exterior. Sin embargo, pasa el tiempo, y la productividad de este sector se mantiene estancada, al punto que hoy se requieren más de siete trabajadores para producir lo de un trabajador en este mismo sector en Estados Unidos.

Son varias las razones que explican este comportamiento, entre las cuales están la alta informalidad, tanto empresarial como laboral, y la mala regulación. Según el BID, de las 2.400 empresas registradas, alrededor de 2.000 son informales y solo el 25 por ciento de los conductores se encuentra formalizado.

Por el lado de la regulación, los seis paros de transporte que tuvieron lugar durante los últimos ocho años derivaron en la expedición de una serie de regulaciones que deterioraron, aún más, la eficiencia del sector en detrimento de la competitividad del país. Un ejemplo claro es la continua intervención pública en el precio de los fletes.

Luego del avance logrado con la eliminación de la tabla de fletes en el gobierno de Santos, se estableció un esquema de libertad vigilada, en el cual las relaciones económicas entre el generador, la empresa de transporte y el transportador se pactaban teniendo en cuenta las condiciones del mercado. Posteriormente, se expidieron un sinnúmero de normas, que han generado ambigüedades, además de haber fijado un precio mínimo para determinadas rutas del país.

Si bien es útil contar con costos de referencia como los que arroja el Sice-TAC, dicha reglamentación contempla la posibilidad de intervención y determina sanciones por parte de los entes de control si el flete está por debajo de los costos eficientes de operación, sin dar a las empresas la oportunidad de demostrar y justificar las eficiencias incorporadas en sus relaciones económicas particulares. A esto se le suma la implementación de mecanismos de intervención ante la evidencia de prácticas desleales en las relaciones contractuales.

De hecho, como resultado de la continua intervención en los costos de transporte, contrario a la tendencia mundial, las empresas generadoras se han visto forzadas a crear su propia flota de transporte. Esto lo corrobora la última Encuesta Nacional de Logística la cual, contrario a la tendencia mundial, evidencia que solo el 37,5 por ciento de las firmas en Colombia tercerizan los procesos logísticos. De hecho, las compañías privadas con flota propia estiman que las eficiencias han conllevado a que sus fletes estén por debajo del 38 por ciento frente a los Sice-TAC.

Si Colombia realmente quiere mejorar la eficiencia del sector transporte, debe acabar con el esquema de libertad vigilada en un periodo de tiempo y permitir que los fletes se generen en condiciones de competencia con estrictos controles a prácticas desleales. Además de lo anterior, el gobierno tendrá que poner en marcha una agenda de productividad público-privada con estrategias y acciones profundas para formalizar el sector.

Finalmente, aunque en la última medición del Índice de Desempeño Logístico del Banco Mundial, Colombia mejoró varias posiciones frente al año anterior, lo cierto es que está rezagada frente a países como Chile, México o Panamá. Por tanto, es preciso seguir trabajado en el mejoramiento del desempeño logístico para aprovechar las oportunidades de crecimiento de cara a la internacionalización de la economía.

Rosario Córdoba Garcés
Presidenta del Consejo
Privado de Competitividad rcordoba@compite.com.co