La recomendación central de la Ocde es categórica: Colombia debe priorizar la agenda de transformación productiva.
La semana pasada, el Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) presentó en Bogotá los resultados de la evaluación de pares de la Política Nacional de Desarrollo Productivo (PDP). Esto, después de trece meses de trabajo en colaboración con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (Cepal), la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) y la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (Onudi), y de dos misiones a Colombia donde los investigadores interactuaron con grupos de interés.
La PDP fue aprobada en agosto del 2016 por el Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes), como política pública de largo plazo para el desarrollo productivo de Colombia. Se trata de la hoja de ruta para que, al 2025, el país logre avanzar en tres frentes fundamentales: productividad, diversificación y sofisticación del aparato productivo.
A finales del 2017, el Departamento Nacional de Planeación (DNP), con apoyo de la cooperación suiza, encomendó a la Ocde realizar una evaluación de la PDP que permitiera, entre otras cosas, contar con recomendaciones para consolidar dicha estrategia, a pesar del ciclo político, y complementarla con aspectos que hubieran podido omitirse en su diseño.
Los resultados de la revisión de la PDP coinciden con un diagnóstico bien conocido. Esto es, aunque se reconocen logros importantes del país en lo corrido del siglo, en términos de crecimiento económico sostenido, reducción de la pobreza y atracción de inversión extranjera, se identifican carencias que impiden enfrentar con éxito los retos estructurales. Así, además de los usuales como los bajos niveles de productividad, diversificación, sofisticación, e inversión en innovación, se ponen sobre la mesa nuevos datos que llaman a la acción. Por ejemplo, el informe destaca que las diez firmas que más exportan lo hacen por un valor anual equivalente al 65 por ciento del total nacional, y que tres de los 32 departamentos del país generan el 63 por ciento del empleo asociado a la inversión extranjera que llega al país.
La recomendación central de la Ocde es categórica. Colombia debe priorizar la agenda de transformación productiva y asignarle recursos a la altura del reto. Sugieren avanzar, además, en tres frentes estratégicos: fortalecer las capacidades del DNP, dotándolo de una unidad de prospectiva, materializar el potencial productivo de todas las regiones del país, y activar mecanismos para aprovechar al máximo el comercio y la inversión extranjera.
La respuesta del Gobierno en el evento de lanzamiento de esta evaluación de pares, así como algunas de las estrategias incluidas en las Bases del Plan Nacional de Desarrollo, muestran su compromiso con la implementación de la PDP. No obstante, hay señales encontradas. Por ejemplo, algunas exenciones incluidas en la Ley de Financiamiento no están alineadas con los dos principios rectores de la Política. El primero, evitar los subsidios sectoriales y en su lugar priorizar la provisión de bienes públicos y, el segundo, formular política pública sobre la base de evidencia.
De otra parte, para que se materialice el compromiso del Gobierno con la política de desarrollo productivo, es preciso que se incluyan en el articulado del Plan Nacional de Desarrollo los principios del Conpes de la PDP. Esto les daría fuerza de ley y disciplinaría la política pública frente a incentivos de corto plazo.