Colombia se percibe como uno de los países más corruptos en la región. En algunas entidades públicas la situación es más crítica que en otras, lo que preocupa en la medida en que varias de ellas son responsables de elementos claves de la agenda de competitividad del país
La corrupción es un fenómeno que impone costos muy altos en la economía, los cuales además se perpetúan a lo largo del tiempo. La corrupción reduce los niveles de productividad a través de diversos canales: entornos altamente corruptos desincentivan la inversión, asignan de manera ineficiente los recursos, reducen la competencia entre firmas e incluso pueden estancar los niveles de innovación.
Colombia no es ajena a esta realidad, lo cual se hace evidente al observar que –de acuerdo con el Foro Económico Mundial (WEF, por su sigla en inglés)– la corrupción es el segundo factor más problemático para hacer negocios en el país. Más aún, de acuerdo con transparencia internacional, Colombia se percibe como un país muy corrupto, muy alejado de países como Chile o Corea del Sur.
Gráfico 1: Índice de percepción de la corrupción 2014 (0 a 100, donde 100 representa un país con corrupción nula)
Fuente: Transparencia Internacional (2014).
La tolerancia del sector privado a prácticas corruptas es muye alta, si se tiene en cuenta que más del 90% de empresarios considera que se ofrecen sobornos en el entorno de negocios. En esta misma línea, de acuerdo con el barómetro global de la corrupción, cerca de 30% de empresas en Colombia aceptan haber ofrecido un soborno a alguna agencia del orden nacional.Gráfico 2: Porcentaje de empresarios que consideran que existen sobornos en el entorno de negocio
Fuente: Transparencia por Colombia y Universidad Externado (2015).