La crisis del coronavirus pasará, pero el trabajar por una sociedad más equitativa basada en la igualdad de oportunidades seguirá vigente.
Difícil encontrar en estos días algún tema sobre el cual escribir que no esté asociado con la crisis que estamos viviendo por cuenta del coronavirus. Las medidas que han adoptado las autoridades para contener el contagio son oportunas y muy bienvenidas, y seguramente tendrán la efectividad que se espera. Pero, yendo un poco más allá, este difícil momento debería servirnos también para reflexionar respecto a un tema más estructural: el de la movilidad social y la igualdad de oportunidades.
Si bien toda la sociedad se va a ver afectada de una u otra manera por la situación actual, sin duda los más afectados van a ser todas aquellas personas auto empleadas que derivan su sustento de lo que venden o trabajan en el día y que muchas veces no tienen acceso a la seguridad social. Es la población vulnerable que en Colombia representa el 47% de la fuerza laboral y que está ahí por falta de oportunidades.
Hace poco, el Foro Económico Mundial publicó por primera vez los resultados del Índice Global de Movilidad Social, el cual mide el desempeño de 82 economías con diferentes grados de desarrollo en indicadores relacionados con la movilidad social. Según la entidad, el concepto de movilidad social es amplio y no se limita a las diferencias intergeneracionales en los niveles de ingreso, sino a aspectos que miden el acceso de la gente a oportunidades al nacer, y cómo las condiciones socioeconómicos terminan impactando estas oportunidades, así como los logros a lo largo de sus vidas.
En esta primera edición del índice, Dinamarca, Noruega y Finlandia ocuparon las primeras tres posiciones en el ranking, mientras que Colombia ocupó la posición 65, en particular, por los malos resultados en los pilares de calidad y equidad en la educación, en los que ocupa la posición 76. Los mejores puestos se obtienen en entrenamiento a lo largo de la vida (43), protección social (50) y salud (59), sin que en ninguno se obtenga un puntaje sobresaliente.
Colombia no es el único país que tiene varias tareas pendientes. De hecho, uno de los hallazgos más alarmantes del informe es que si bien se han hecho grandes avances en términos de reducción de la pobreza y mejoramiento en el acceso de servicios básicos como la salud y la educación, la gran mayoría de países no están implementando políticas que faciliten la movilidad social y económica, lo que implica que las oportunidades con las que cuentan los individuos siguen dependiendo de sus condiciones socioeconómicas al nacer.
El Informe encuentra también que aunque se ha culpado a la globalización y los efectos de la tecnología del bajo dinamismo de la movilidad social, es el mal diseño de las políticas públicas, con bajo o nulo impacto sobre la inequidad, el mayor limitante en el cierre de brechas de ingreso y oportunidades.
Hoy, más que nunca, hay que prestarle la debida atención al desarrollo de la gente y trabajar para brindar a todos las mismas oportunidades, empezando por educación de calidad. Difícil pensar en un futuro con desarrollo económico y alta productividad que se traduzca en bienestar, sin las las políticas publicas adecuadas para lograrlo. La crisis del coronavirus pasará, pero el trabajar por una sociedad más equitativa basada en la igualdad de oportunidades seguirá vigente.