Si el año pasado, cuando la inflación cerró en 5,75 por ciento y la variación de la productividad, según el Departamento Nacional de Planeación (DNP), fue del 0,5 por ciento, el Gobierno decretó un aumento del salario mínimo del 7 por ciento al fracasar la concertación entre empleadores y trabajadores, este año, cuando se estima que el costo de vida cerrará en niveles cercanos al 4 por ciento y la previsión del 2018 es del 3 por ciento, las variables apuntan a un incremento no superior al 5 por ciento, y más cercano al 4 por ciento.