El crecimiento verde implica la transición hacia el uso más eficiente y productivo de los recursos naturales, de modo que se mantenga el capital natural, que es la base del crecimiento de mediano y largo plazo. Ayuda también a preparar al país para que los efectos del cambio climático no afecten negativamente su desarrollo.
Con el objetivo de construir las bases técnicas para la formulación de una política de largo plazo en la materia, hace dos años, el Gobierno creó la Misión de Crecimiento Verde, liderada por el Departamento de Planeación Nacional y el Ministerio de Ambiente. Una política que permita enlazar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los compromisos de mitigación de gases efecto invernadero de la COP 21 y los que adquirió Colombia para entrar a la Ocde, y que armonice los objetivos y retos de la política económica y la política ambiental.
Por un lado, el país necesita encontrar nuevas fuentes de crecimiento basadas en la productividad y sofisticación del aparato productivo, puesto que las condiciones que impulsaron la actividad económica hasta el 2014 se agotaron y, desde el 2000, el aporte de la productividad al crecimiento económico es negativo. Del otro, Colombia debe hacer un uso más eficiente de sus recursos naturales y proteger su capital natural. Aunque en el 2016 el ahorro neto de la economía fue de 6,86% del PIB, se estima que la pérdida de capital natural reduce este ahorro en dos puntos porcentuales, sin considerar actividades ilegales como minería y deforestación que no están reportadas. Ambos objetivos, económico y ambiental, son determinantes para el bienestar de todos los colombianos.
Ahora bien, el trabajo de la Misión culminó la semana pasada y sus recomendaciones quedarán plasmadas en un documento Conpes que será aprobado próximamente. No obstante, el tránsito hacia el crecimiento verde requiere tiempo y gradualidad para su consolidación. Las acciones al respecto deben apuntar a eliminar distorsiones en la economía y no a aumentarlas, y a buscar la participación decidida de la ciudadanía y del sector productivo. Sin esto será difícil alcanzar las metas planteadas por la Misión al 2030, entre las cuales están incrementar la productividad del agua en un 32%, lograr 2.400 MW de capacidad instalada para generación eléctrica a partir de fuentes renovables no convencionales, o aumentar 9 puntos porcentuales la tasa de reciclaje total.
Igualmente, es preciso superar las barreras que hasta ahora han impedido una mayor adopción tecnológica, o el uso más eficiente de los recursos. El papel del Estado es determinante, mandando señales claras, mejorando la coordinación entre sus propias entidades y el resto de la sociedad, y armonizando sus políticas. Es fundamental que la implementación de las estrategias de crecimiento verde esté alineada con la Política de Desarrollo Productivo y que el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo participe más activamente en esta fase. De hecho, del tránsito hacia una economía circular, producto de la política, surgirán nuevos sectores que deberán estar en la mira de esa cartera.
Con los insumos de la Misión y de la política bien implementada, Colombia podrá avanzar hacia un nuevo equilibrio de crecimiento sostenible y lograr mayores niveles de productividad que redunden en un mayor bienestar para todos.