A grandes rasgos, el gráfico a continuación ilustra cuatro puntos clave sobre el mercado laboral colombiano y su productividad: i) existe una estrecha relación positiva entre los niveles de formalidad y productividad; ii) la informalidad en Colombia varía de sector a sector; iii) existen grandes brechas de productividad inter-sectorial; y iv) los sectores donde se concentra la mayor cantidad de fuerza laboral (i.e. Comercio, Transporte, Construcción, etc.) son los más informales. Adicionalmente, hay evidencia de que en Colombia también hay amplias brechas de productividad al interior de cada sector, donde en muchos sectores la gran mayoría de empresas tiene bajos niveles de productividad (ver más).
Dichas brechas en productividad laboral (intra e inter-sectoriales) son características de países en desarrollo, y dan cuenta de una ineficiente asignación de recursos que reduce la productividad laboral agregada de un país (McMillan & Rodrik, 2011). Más aún, dicha asignación ineficiente se explica en parte por diferentes cuellos de botella que impiden un correcto funcionamiento del mercado laboral, entre estos: altos costos laborales no salariales, un salario mínimo muy cercano al salario promedio (una gran parte de la fuerza laboral ingresa menos del salario mínimo) y otras rigideces institucionales. Sin embargo, adicional a estas distorsiones, existen fallas estructurales que afectan el empleo y fomentan la informalidad, como la baja productividad de las empresas (que es causa y efecto), la ausencia de mecanismos claros para mejorar la pertinencia educativa, la poca movilidad laboral, entre otros. (ver más)