El principal reto del país en CTI es aprovechar de manera más efectiva los recursos y las Actividades de Ciencia, Tecnología e Innovación (ACTI) en el sector productivo, para que pueda beneficiarse del talento humano, los resultados de investigación y la infraestructura científica y tecnológica del país.
Hoy en día, la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (CTI) son la columna vertebral del progreso económico y la competitividad. Los países que han definido como meta el progreso económico han hecho grandes inversiones en CTI para desarrollar capacidades –entendidas como capital humano, conocimiento y tecnologías–, con el fin de facilitar la producción de bienes y servicios más sofisticados.
Durante los últimos diez años Colombia ha presentado un avance tímido en CTI. A pesar de que el monto invertido en las Actividades de Ciencia, Tecnología e Innovación (ACTI) tuvo un crecimiento del 40% durante el período 2006-2015 y de la creación del Fondo de CTI del Sistema General de Regalías, el país se encuentra a mitad de camino de alcanzar la inversión promedio de América Latina, y debe duplicar dicha inversión en los próximos dos años si aspira a alcanzar la meta del 1% del PIB en 2018. Por otro lado, la principal fuente de recursos de las ACTI en el país sigue siendo el sector público con 50,2% de la inversión en 2015, mientras que el sector privado aportó el 38,8% y las Instituciones de Educación Superior el 9,5%.
Gráfico 1. Inversión en Actividades de Ciencia, Tecnología e Innovación (ACTI e I+D) como porcentaje del PIB. Colombia y América Latina, 2006 – 2015.
Fuente: Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT).
El monto invertido en I+D (Investigación y Desarrollo Tecnológico) tuvo un crecimiento similar al de las ACTI y alcanzó el 0,23% del PIB en 2015, pero sigue siendo bajo en comparación con el de los demás países de la región. Además, los resultados de dicha inversión no se corresponden con su aumento, como lo evidencia la reducción del 71% en el número de empresas innovadoras desde 2011.
En cuanto a generación de conocimiento, los esfuerzos para contar con más investigadores en el país no son suficientes, y dependen de la disponibilidad de recursos de Colciencias. Entre 2006 y 2012 hubo una reducción del 6,8% en el número de investigadores por millón de habitantes, lo que ubica al país en los últimos lugares de América Latina, por debajo de Ecuador, Venezuela y Bolivia. Además, a diferencia de lo que sucede en otros países, la principal fuente de empleo de investigadores es la academia, mientras que las empresas y el gobierno vinculan la menor cantidad de investigadores, aunque son ellos quienes podrían realizar los esfuerzos más importantes para incorporar talento con mayores capacidades de análisis y conocimiento especializado.
Otro indicador de la capacidad de generación de conocimiento es la solicitud y concesión de patentes por millón de habitantes. En 2014, Colombia tuvo 45,1 solicitudes de patente por millón de habitantes, y una tasa de concesión de 2,2. Aunque el número de solicitudes es inferior a los de Brasil, Chile, México y Argentina, la tasa de patentes concedidas es la tercera más alta de América Latina y supera las de México y Brasil.
En materia de publicaciones científicas y tecnológicas por cada cien mil habitantes, entre 2006 y 2013 Colombia fue el segundo país con mayor crecimiento entre los países de referencia, pues incrementó sus publicaciones en un 206%. Sin embargo, este crecimiento no basta para alcanzar a países representativos de América Latina como Chile y Brasil. Por otra parte, el 86,4% de la producción científica del país fue publicado en revistas nacionales, de las cuales solo el 13,8% se encuentra en índices internacionales y el 45% en las categorías de más baja calidad del Publindex.
En cuanto a innovación, en 2014 el porcentaje de empresas innovadoras fue de 0,1% en el sector de industria y de 0,03% en el de servicios. La inversión en ACTI de la industria manufacturera se concentró en la compra de maquinaria y equipo, aunque la participación de este ítem sobre el total de inversión en ACTI se redujo del 90% al 75% entre 2007 y 2014. Durante este periodo ganaron importancia la transferencia tecnológica y la ingeniería y diseño industrial que llegaron al 10% de la inversión respectivamente.
Con respecto a la institucionalidad, se considera que la aprobación del Conpes de CTI es uno de los pasos más importantes que debe dar el gobierno nacional para mejorar la coordinación de las entidades públicas en materia de instrumentos y uso eficiente de los recursos para ACTI.