Corrupción

Informe Nacional de Competitividad 2017-2018

Corrupción

La corrupción es un fenómeno que desvía recursos y esfuerzos públicos que podrían utilizarse en la superación de obstáculos del desarrollo. Implica un costo de oportunidad que se genera a expensas de los recursos públicos requeridos para mejorar los niveles de atención en salud, aumentar las coberturas en educación y construir mejor infraestructura pública.

Corrupción en el sector público

El Índice de Gobierno Abierto (IGA) refleja la capacidad del Estado para generar una apropiada rendición de cuentas, y evalúa la gestión pública territorial para cumplir con reglas anticorrupción. Este indicador revela que existen amplias disparidades regionales entre gobernaciones y muestra que son aquellas ubicadas en zonas de frontera o periferia las que obtienen los peores resultados. Ese patrón se mantiene al cruzar el desempeño del IGA con el Índice de Transparencia de las Entidades Públicas realizado por Transparencia por Colombia para el periodo 2015-2016. En particular, es preocupante que los departamentos y alcaldías donde ambos índices coinciden se sitúen en las zonas más alejadas del centro del país, que son precisamente aquellas con menores capacidades estatales.

Corrupción en el sector privado

De acuerdo con el Foro Económico Mundial, estándares de ética corporativa fuertes contribuyen a proteger a las empresas de prácticas como el soborno, y a alinear los intereses de accionistas y administradores alrededor de un tema en común: la productividad. Esto incluye mecanismos como una apropiada rendición de cuentas y esquemas de información avalada por auditorías independientes (Foro Económico Mundial, 2016).  En ese sentido, el indicador de comportamiento ético de las firmas del Foro intenta capturar la ética corporativa de estas en su interacción con otros actores públicos y privados. En la medición más reciente el país registra un valor de 3,25, siendo 7 el mejor desempeño. Aunque esto ubica al país por encima de México, Perú, Brasil y Argentina, preocupa que Colombia ha desmejorado en el tiempo en este indicador: mientras que en 2006 se ubicaba en el puesto 34 entre 122 países –con un puntaje de 4,69– en el 2017 se sitúa en el puesto 125 entre 137 países, y se redujo en más de un punto su puntaje total.

Corrupción y debilidad estatal

En el caso en que algunas empresas son las principales beneficiarias de las influencias políticas por la debilidad del Estado, se hace referencia a una economía de captura, en la que los burócratas otorgan en privado una gama de ventajas para esas empresas (Hellman, Jones, & Kaufmann, 2000). Este tipo de prácticas pueden hacerse evidentes en los procesos de compra pública, por ejemplo, en una licitación pública una empresa podría pagar un porcentaje del valor del contrato para tener una ventaja competitiva sobre los otros oferentes. Así, algunas empresas parecen correctas, ya que cumplen con esquemas de compliance y encajan con los requisitos de convocatorias públicas, pero en realidad cuentan con acuerdos corruptos para ser favorecidas. Algunas señales de captura regulatoria en las compras públicas tienen que ver con la ejecución de pliegos a la medida en procesos de contratación pública. En esa línea, llama la atención que diferentes hallazgos respecto al Programa de Alimentación Escolar (PAE) ponen de manifiesto problemas en su contratación para algunos departamentos, e incluso en modalidades de selección competitivas, el PAE cuenta en su gran mayoría con un solo oferente habilitado. Al mismo tiempo, se observan patrones de especificidades en los pliegos de contratación.

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