La modernización de la Dian

La reforma tributaria de diciembre pasado buscó introducir elementos que le dieran mayor equidad, progresividad y eficiencia al sistema tributario colombiano, y aunque quedan varias tareas pendientes en ese frente, se dieron pasos en la dirección correcta.  Sin embargo, la motivación principal de la reforma era el aumento en el recaudo para reemplazar los recursos del petróleo, ajustarse a la regla fiscal y evitar la pérdida de la calificación de riesgo del país.

En cuanto al recaudo, la reforma trajo un componente novedoso, desapercibido en la discusión pública, pero quizás el más importante: el fortalecimiento de la Dian. La Comisión de Expertos había mostrado que la administración tributaria en Colombia es excesivamente débil. Por ejemplo, la Dian cuenta con 10 empleados de tiempo completo por cada 100 mil habitantes, mientras que el SII de Chile supera los 25, y Afip de Argentina, los 40. Esto se suma a una reducida autonomía para el manejo del recurso humano y un atraso notable en sistemas tecnológicos.

Por esto, la Ley 1819 del 2016 fijó un plazo de seis meses para presentar a aprobación del Conpes un plan de modernización tecnológica de la entidad, que deberá ejecutarse en los próximos cinco años. Además, obligó al fortalecimiento de la gestión de personal y del sistema de carrera que rige en la Dian, para lo cual estableció un plazo máximo de 12 meses. Por último, dio mayor autonomía presupuestal a la entidad para lograr ampliar su planta de personal e incentivar mejor a sus funcionarios.

No obstante, a hoy, el avance en esa estrategia de fortalecimiento ha sido nulo. Transcurridos los seis meses, el plan de modernización tecnológica no ha sido presentado al Conpes, y no hay claridad sobre cuándo o cómo se plantea resolver el atraso tecnológico en la Dian. Peor aún, al revisar el proyecto de presupuesto que cursa en el Congreso para el 2018, es increíble ver que los dineros para el fortalecimiento del recaudo -que son recursos para la tecnología y modernización de la Dian- se recortan a la mitad.

Las transformaciones de entidades como la Dian no son fáciles. Pero existen casos exitosos en países similares a Colombia que, junto a las recomendaciones que han hecho la Comisión de Expertos o entidades como el Consejo Privado de Competitividad, pueden servir como guía. Tal es el caso del Servicio de Recaudo de Suráfrica, que entre 1998 y el 2009 incrementó dramáticamente su eficiencia. Con un fortalecimiento de la estructura de directivos de nivel medio y alto, una separación del back office y el front office, y una estrategia hacia la facilidad de las declaraciones, el país logró aumentar el número de contribuyentes de 2,6 millones a 4,1 millones en menos de una década. Igualmente, redujo la tasa de tributación de las empresas en varios puntos.

En los meses finales de esta administración, y luego de reformar los impuestos con la promesa de reducir la evasión y aumentar la eficacia del recaudo, es inaceptable que el Gobierno esté dando pasos en la dirección contraria. Urge que se den señales claras del compromiso para fortalecer a la Dian, de manera que se evite tener que hacer pronto una nueva reforma tributaria.

 

*Columa publicada en Portafolio