El sistema pensional colombiano tiene retos importantes en términos de cobertura, equidad y sostenibilidad. En cuanto a cobertura, se observa que tan sólo el 30,5% de la Población Económicamente Activa (PEA) cotiza al sistema (ver gráfico), lo cual no solo representa un inmenso riesgo social a futuro, sino que pone en riesgo la sostenibilidad del sistema.
Gráfico 1: Cotizantes como porcentaje de la PEA.
Fuente: Acuña et al (2015).
En materia de equidad se evidencia que existen diferenciales significativos entre los beneficios del Régimen de Prima Media (RPM) y del Régimen de Ahorro Individual, al que los subsidios bajo el RPM se concentran en los niveles salariales más altos.
El tercer reto del sistema pensional es su sostenibilidad. Por un lado, el RPM sólo es sostenible mientras la pirámide poblacional lo permita, es decir, mientras haya más personas cotizando que aquellas que están recibiendo una pensión. Sin embargo, en el país sólo hay 1,7 trabajadores cotizando por adulto mayor. Por otro lado, el sistema pensional no ha ajustado sus parámetros en concordancia con el aumento en la expectativa de vida en Colombia de los últimos años.
Entre las principales recomendaciones para abordar estas problemáticas está la adopción de un sistema con estructuras complementarias (sistema multipilar) que incluya un pilar solidario, un pilar de ahorro obligatorio y un pilar de ahorro voluntario. El pilar solidario debe consistir en garantizar una suma de dinero a la población en edad de pensionarse. Actualmente, ese pilar se estaría consolidando con la expansión del programa Colombia Mayor y del sistema de Beneficios Económicos Periódicos (BEPS).
En cuanto al pilar de ahorro individual obligatorio se propone que a aquellas personas que hayan cotizado por debajo del número de semanas definidas para pensionarse y por encima de cierto número de semanas, se les otorgue una pensión mínima a la cual se le descontaría –a partir de cálculos actuariales– un valor equivalente a lo que tendría que cotizar para completar el número de semanas requeridas.
De esa manera, cuando esta persona –a partir del valor descontado– haya logrado ahorrar el valor equivalente a las semanas mínimas de cotización, recibiría la pensión mínima completa. En materia de equidad se propone eliminar cualquier diferencial que exista entre pertenecer al RPM y al RAIS y que hoy en día incentiva el traslado hacia el RPM. También es necesario eliminar la concentración de los subsidios en las pensiones más altas, por lo que se recomienda que estos subsidios sean exclusivos de las pensiones bajas (e.g. menores a dos salarios mínimos), independientemente del régimen al que se pertenece.
Finalmente, con el fin de abordar el problema de sostenibilidad, se sugiere modificar los parámetros para acceder a una pensión de vejez, de modo que los requisitos de edad, número de semanas de cotización y tasa de cotización se ajusten de manera dinámica, en concordancia con el aumento en la esperanza de vida.