Colombia presenta una de las mayores tasas de informalidad de América Latina, superada ligeramente por la de Perú en el período 2006-2014.
El desempeño del mercado laboral colombiano en la última década se ha caracterizado por tres hechos principales: primero, la reducción del desempleo a tasas de un dígito; segundo, un aumento en el porcentaje de ocupados que cotiza a seguridad social; y tercero, el estancamiento de la productividad laboral en comparación con otros países de América Latina, a pesar de haber logrado mayores tasas de crecimiento económico.
Si bien el país ha logrado tasas de desempleo de un dígito, a nivel internacional sigue teniendo uno de los mayores niveles de desempleo, en particular en la población de 15 a 24 años. Así mismo, la informalidad durante el periodo 2008-2015 se redujo de cifras cercanas al 67,4% a niveles del 62%, a partir de la implementación de la Ley 1607 de 2012, que tuvo como reforma central la reducción de los Costos Laborales No Salariales (CLNS). No obstante, Colombia presenta una de las mayores tasas de informalidad de América Latina, superada ligeramente por la de Perú en el período 2006-2014.
En términos generales se evidencia que la mayor proporción de informales se concentra en los sectores de comercio y agricultura. Así mismo, esta población cuenta con ocho años de escolaridad en promedio, mientras que los trabajadores formales tienen cerca de doce. En cuanto a la afiliación al sistema de salud, el 70,1% de informales se encuentra afiliado al régimen subsidiado (RS), y el 40,6% cuenta con ingresos superiores a un SMMLV. En esa línea, Camacho et al (2009) establecen que el RS y la expansión de los servicios de salud que se dio después de la Ley 100 de 1993 crearon incentivos a la informalidad y generaron un aumento del empleo informal de entre el 2% y el 4%.
Gráfico 6. ¿Quiénes son los informales en Colombia?, 2015.
Fuente: Consejo Privado de Competitividad con base en GEIH 2015. Nota: La medición que se toma es la de no cotizantes al Sistema de Seguridad Social en Pensiones.
Con respecto a la productividad laboral de Colombia, al compararla con la de países de referencia, se evidencia que durante las últimas dos décadas el país ha estado rezagado en esta materia. En términos concretos, esto significa que se necesitan 2,6 trabajadores colombianos para producir lo mismo que un trabajador surcoreano y alrededor de 4,3 para lo de uno estadounidense. Al interior del país, la heterogeneidad permite observar que en el sector agropecuario se requieren 10 trabajadores para producir los mismo que un trabajador estadounidense.
Las altas tasas de informalidad y baja productividad laboral preocupan en mayor medida porque existe una relación bidireccional entre productividad e informalidad, es decir: la informalidad impide alcanzar mayores niveles de productividad, pues las empresas y trabajadores informales no tienen acceso formal al capital financiero y físico necesario para aumentar la eficiencia, y solo podrán contar con los incentivos y capacidades para asumir los costos de formalizarse en la medida que tengan mayores niveles de productividad.
Este capítulo también hace énfasis en que el alto nivel del salario mínimo respecto a la productividad de la mano de obra de baja calificación provoca una distorsión adicional en el mercado laboral. Dicho fenómeno es producto de la estrecha relación entre salario mínimo e ingresos medianos que existe en Colombia, en comparación con países de referencia. Así mismo, esta distorsión se evidencia en que los departamentos con mayores tasas de informalidad tienen ingresos medianos menores al salario mínimo.
Por último, el capítulo estudia el hecho que Colombia los canales de búsqueda de empleo son, por lo general, de carácter informal; esto se refleja en el hecho de que el 86% de la población ocupada obtuvo su último empleo gracias a familiares o amigos o llevando hojas de vida directamente a las empresas. En América Latina, Colombia es el país en el que más se utilizan canales informales. Este fenómeno lleva, entre otras cosas, a que la información disponible para el diseño de currículos académicos en las regiones sea limitada y, por ende, a que aumente la brecha de capital humano entre la oferta y la demanda laboral.
Gráfico 12b. Canales de búsqueda de empleo. Países de referencia, 2015.
Fuente: Alaimo et al (2015).
El cuadro a continuación resume las principales recomendaciones del Consejo Privado de Competitividad para mejorar el desempeño del mercado laboral y lograr mayores niveles de formalidad en la economía.