Colombia enfrenta retos importantes en cuanto a calidad y acceso a la salud. Las barreras de oferta (es decir, aquellas atribuibles al prestador de los servicios y no los usuarios) siguen siendo muy altas, pues más del 25% de las personas con problemas de salud no reciben atención médica por esta razón.
Un sistema de salud sólido es clave para la competitividad, ya que una población saludable es más productiva y genera menos costos para sus empleadores. Un reporte de la Comisión Lancet* sobre inversión en salud estimó que aproximadamente el 11% del crecimiento económico de los países de ingreso bajo y medio puede atribuirse a las reducciones en mortalidad (Jamison, 2013).
Durante la última década el sistema de salud colombiano ha alcanzado logros sustanciales en términos de cobertura: mientras en 2006 el 84% de la población contaba con aseguramiento en salud, para 2015 este servicio cubría al 95,4% de la población (Ministerio de Salud, 2015). A pesar de esto, el sector aún enfrenta retos importantes, particularmente en materia de sostenibilidad financiera y de calidad y acceso a los servicios médicos. Además, el flujo de recursos es complejo y poco transparente, lo cual dificulta las labores de vigilancia, inspección y control. Así mismo, los aseguradores y prestadores de salud tienen pocos incentivos para ofrecer servicios de mejor calidad, lo que ha generado entre los usuarios una pérdida generalizada de la confianza en el sistema.
En este contexto, el capítulo analiza el sistema de salud colombiano en tres dimensiones: impacto de la salud sobre la productividad de las empresas, calidad y acceso a la salud y sostenibilidad del sistema.
Según la Encuesta de Opinión Empresarial del Institute for Management Development (IMD)**, los empresarios colombianos perciben que los problemas de salud tienen impactos significativos sobre las firmas. Además, la percepción de impacto en Colombia es notoriamente mayor que en el resto de América Latina. Otro de los efectos directos de la salud sobre el desempeño económico es la menor participación laboral de las personas que reportan problemas de salud. En 2015, solo el 43,2% de las personas en edad de trabajar que se reportaron en la categoría ‘estado de salud malo’ participaron en el mercado laboral, mientras que esta cifra ascendió a 71,5% para las personas reportadas en la categoría ‘estado de salud muy bueno’.
Gráfico 2. Participación laboral según estado de salud. Colombia, 2015.
Fuente: Cálculos Consejo Privado de Competitividad con base en Encuesta de Calidad de Vida 2015, DANE.
Por otra parte, el país enfrenta retos importantes en cuanto a calidad y acceso a la salud. Las barreras de oferta (es decir, aquellas atribuibles al prestador de los servicios y no los usuarios) siguen siendo muy altas, pues más del 25% de las personas con problemas de salud no reciben atención médica por esta razón. En particular, las citas distanciadas en el tiempo y los excesivos trámites y tiempos de espera se mantienen en niveles muy altos.
Gráfico 7. Porcentaje de personas con problemas de salud que no solicitan o no reciben atención médica debido a barreras de oferta. Colombia, 2010 – 2015.
Fuente: Cálculos Consejo Privado de Competitividad con base en Encuesta de Calidad de Vida 2015, DANE.
Un reto adicional para el sistema de salud colombiano es la sostenibilidad financiera. La ausencia de límites adecuados en el plan de beneficios incrementó de manera exponencial el gasto en servicios y medicamentos no incluidos. A pesar de la estabilización en los recobros durante los últimos tres años, los altos niveles son un factor de riesgo para la sostenibilidad. A esto se suma el cambio en la composición de afiliados: en 1996, solo el 30% de los afiliados al sistema de salud pertenecía al régimen subsidiado, mientras que para 2015 un poco más de la mitad de los afiliados pertenecía a este régimen. La Ley Estatutaria podría exacerbar este cambio de composición, ya que al establecer la salud como un derecho fundamental (independientemente del estado de afiliación), podría generar incentivos para pertenecer al régimen subsidiado.
El siguiente cuadro resume las principales recomendaciones del CPC encaminadas a consolidar un sistema de salud que contribuya a la competitividad del país.
* Jamison, D. (2013). Global Health 2035: A World Converging within a Generation. The Lancet, 382, 1898-55.
** La Encuesta de Opinión Empresarial recoge las percepciones de líderes empresariales de 61 países sobre variables que afectan la competitividad y que son difíciles de medir (prácticas corporativas, relaciones laborales, corrupción, factores ambientales y pertinencia de la infraestructura).