El sistema pensional presenta problemas estructurales: baja cobertura, regresividad de los subsidios pensionales entregados en el Régimen de Prima Media (RPM), insostenibilidad financiera, bajo desarrollo de las rentas vitalicias en el Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad (RAIS) y una institucionalidad de difícil entendimiento. Así mismo, los esquemas que hacen parte del modelo de protección en la vejez distan de constituir un sistema multipilar.
Cobertura
La cobertura del sistema pensional en Colombia es muy baja. Alrededor del 40 % de los hombres en edad productiva se encuentra cotizando al sistema pensional, mientras que solo el 25 % de las mujeres lo hace (Gráfico 1). Estas coberturas presentan grandes diferencias entre territorios y están altamente relacionadas con el nivel de desarrollo económico, y la preocupación por las bajas tasas de cobertura incrementa en la medida que el bono demográfico del país se agota.
Equidad
En Colombia el esquema de pensiones tiene un carácter regresivo. Como lo muestra el Gráfico 2, las transferencias pensionales en el país aumentan la desigualdad de la población, en tanto que, en países como Argentina, Costa Rica y Uruguay la disminuyen. La principal razón de este fenómeno es que en Colombia los subsidios benefician a la población de mayores ingresos. Según Bosch, Berstein, Castellani, Oliveri y Villa (2015) la población que contribuye con más de cinco salarios mínimos al RPM, equivalente al 3 % de la población total, recibe la gran mayoría de los beneficios ($ 728 millones por afiliado). Por su parte, una persona que aporta por un salario mínimo durante toda su vida recibe un subsidio de $ 65,6 millones, el cual incrementa a $ 80 millones si es mujer.
Sostenibilidad
El sistema pensional en Colombia presenta problemas de sostenibilidad en varios frentes. El primero está relacionado con el aumento considerable en la proporción de adultos mayores en los próximos años, mientras que la población económicamente activa tenderá a reducirse. El segundo son las distintas decisiones de la Corte Constitucional, incluyendo aquellas relacionadas con el concepto de “familia ampliada”, las cuales terminarán impactando negativamente la sostenibilidad del sistema de reparto y acortarán las posibilidades de contar con márgenes de maniobra en la política fiscal.
En tercer lugar, la tasa de reemplazo del sistema pensional se encuentra entre 65 % y 80 %, sin embargo, tal como lo evidencia Bosch (2016), el sistema de reparto sería sostenible en los próximos años si garantizara una tasa de reemplazo del 18 %. Por último, se debe señalar que los problemas de sostenibilidad se ven exacerbados porque los trabajadores independientes cotizan generalmente por niveles cercanos al salario mínimo en el RAIS y en los últimos años de la vida productiva, una gran proporción de trabajadores decide trasladarse al RPM y aumenta sus salarios con el fin de lograr una mayor pensión.
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